Documentos de apoyo
COMO AFECTA EL JUEGO EN LAS RELACIONES FAMILIARES
Ángela Carmona Alba
Psicóloga
Ajuter
¿Afecta siempre el juego a las relaciones familiares? Existe mucha evidencia empírica que demuestra que efectivamente el juego afecta
el clima familiar. Cuanto mayor es la adicción, peor es el clima familiar.
Las razones son contundentes. El jugador, descuida totalmente su entorno cercano, deja de ocuparse de los otros, deja de interesarse por las cosas, pierde vivacidad, esto produce un quiebre en la relación con el medio. Por otra parte esta la familia, con sensación de perdida, de desconfianza, de decepción. La familia estigmatizada, mira para otro lado y el jugador rehuye el contacto para no ser increpado uhostilizado.
Las familias de los ludópatas sufren directamente las consecuencias de su problema, no solo son económicas, sino que en muchos casos produce la ruina afectiva y personal. La crisis permanente, el estrés de la incertidumbre, la frustración, la ira, la decepción, las discusiones y la falta de entendimiento y comunicación, se hacen presentes al descubrirse que uno de los miembros de la familia es ludópata.
En un hogar afectado por el juego, sus miembros pierden la serenidad, baja la autoestima, sienten pena por sí mismos o rabia y enojo constantes. La impotencia está vinculada a la imposibilidad de encontrar soluciones posibles. Tratan de ejercer presión para lograr cambios de conducta en su familiar jugador. Pueden hacer abandono del hogar y luego volver, o echar al propio jugador, para luego llamarlo, se buscan culpables. Se adoptan comportamientos de control, como espiar, perseguir, averiguar. Se acompaña al ludópata a jugar “para que juegue menos”, se le pregunta continuamente, ¿jugaste?, ¿me mientes? Se desprecia, se justifica, se le ataca, se perdona. Y lo increíble de todo esto, es que por las experiencias observadas, todas estas actitudes las puede llegar a adoptar una misma persona, con poca diferencia de tiempo, en diferentes momentos de la convivencia familiar.
La mujer del ludópata, pasa a ser una encubridora del problema de su marido, cuando no puede más hace crisis. Pasa por fases de negación del problema, fases de estrés, fases de ayuda a su marido incluso
económicamente, encubriéndolo, hasta que llega a la fase de agotamiento en donde se siente exhausta, con sentimientos de frustración, desamparo y resentimiento. Generalmente en esta fase es
cuando ella acude por ayuda.
En el caso de las mujeres por lo general viven su adicción con sensación de vacío psicológico y social, es probable que tengan más problemas que el hombre, pero llevan más en secreto su problema. La
familia no está preparada para los cambios de su conducta, sus mentiras. Cuando el marido descubre la ludopatía, suele pagarle las deudas y exigirle que pare. Serán las amigas y los hermanos lo que se
muestren más sensibles y dispuestos a ayudar.
Como se ha visto el coste familiar que acarrea la ludopatía es enorme.
Junto al otro miembro de la pareja, una de las principales victimas de los ludópatas es cuando los tienen, sus hijos. Viven directamente la falta de dinero, peleas entre sus padres, malos tratos paternos,
abandono, etc. Sus modelos son inadecuados, viviendo en un ambiente tan desordenado incrementa la probabilidad de tener problemas psicopatológicos en la infancia, adolescencia y edad adulta.
La confianza en otras personas es escasa, lo han aprendido de sus padres, las promesas son incumplidas frecuentemente, han tenido el modelo en su hogar.
Varios estudios han encontrado que los hijos de ludópatas, tienen mayor tendencia a escapar de la realidad, mayor propensión a buscar sustancias que eleven su ánimo y búsqueda de experiencias
estimulantes. Ello como escape de la tensión emocional, de un hogar disfuncional.
¿Cómo salir de la situación?
En primer lugar, aceptando las partes involucradas, que se trata de una enfermedad. A dicha aceptación, como fundamento básico del problema, hay que combinar tres variables: la actitud personal del ludópata, la aceptación familiar del problema y disposición a acompañar al adicto en la solución del mismo y la ayuda profesional.
La buena ayuda que un familiar puede brindar en su acompañamiento, consiste en regular su gasto, pedirle cuenta de lo gastado, controlar pequeñas cantidades de libre disposición. La firmeza, la paciencia, el afecto del acompañante son parte esencial del primer impulso en la recuperación.
Solo la real comprensión de la enfermedad y sus mecanismos adictivos, llevaran al familiar a comprender las luchas, las vicisitudes y la desesperanza por las que atraviesa una persona que padece
ludopatía. Así como también comprenderá que él mismo, como familiar, deberá comenzar un camino en su propia recuperación.
“Una forma muy elevada de amor consiste en permitir que alguien a quien queremos profundamente sufra las consecuencias naturales de su comportamiento y tenga así la oportunidad de aprender las
lecciones que esta conducta le enseñara. Cuando, por temor o por un sentimiento de culpa, tratamos de evitar esas consecuencias y, por consiguiente esas lecciones, lo hacemos más por nuestro bien que por el del ser querido” (Norwood, 1992)
Referencias
Norwood, R.: Cartas de las Mujeres que Aman Demasiado, Buenos Aires, Javier Vergara Editor, 1992.
López, A.: Los Juegos de Azar, Juego Social y Ludopatía, Aragón, Sansueña Industrias Graficas, S.A.
Echeburúa, E.: Nuevas Fronteras en el Estudio del Juego Patológico, Madrid, Editorial Centro de Estudios Ramón Areces, S.A.
COMO AYUDAR A UN LUDOPATA
COMO AYUDAR A UN LUDÓPATA
Ángela Carmona Alba
Psicóloga Ajuter
Todos podemos reconocer a un ludópata, cuando hay signos externos es fácil:
juego ostentoso, gran cantidad de dinero gastado en juego, exceso de tiempo
dedicado al juego etc. Pero cuando no hay signos externos y pensamos sobre esa
persona que puede ser un ludópata, la cosa se pone más compleja. Para
reconocerlo hay tres elementos que suelen ser características del mismo:
Su modo de comportarse ha cambiado respecto a lo que era habitual en él
hace un tiempo.
Tiene problemas de dinero inexplicables.
Sus cambios de humor son apreciables de un día para otro, pasando de la
euforia a la ira, de la alegría a la depresión o de la amabilidad al insulto.
Todo ludópata cercano a nosotros necesita nuestra comprensión como persona
querida, pero también nuestra firmeza para que ponga una parte de sí mismo para
superar su problema de adicción al juego.
Cuando detectamos que en nuestra familia tenemos una persona con problemas
de ludopatía, podemos ayudarle de varias formas. Partiendo por la búsqueda de
ayuda profesional, entendiendo y estudiando a lo que nos enfrentamos, buscando
lugares en donde pueda encontrar la ayuda necesaria.
Algunas recomendaciones generales pueden ayudar al entendimiento y
compresión que necesitan lo familiares para lidiar con esta patología.
Ayude a descubrir y reconocer la ludopatía
Los ludópatas son personas que niegan su problema hasta que alguien cercano
se lo hacer ver en toda su crudeza o un acontecimiento grave los hacer aterrizar
en su realidad.
Las personas en su entorno cercano son los que pueden observar mejor y
apreciar los cambios de humor, por lo que es relevante enfrentar el problema
firmemente.
Cuando descubrimos en una persona que es un ludópata, la primera tarea no
siempre es fácil, es hacer ver su patología, aunque lo niegue. Hay que observar,
llevar un registro de lo que hace, dinero gastado, con quién está etc. Cuando
niegue que tenga el problema el podremos presentar datos objetivos. Ello facilita
que se vaya dando cuenta de que el juego le está acarreando problemas que le
puede llevar a perder muchas cosas, no solo económicas, también de índole
personal.
El cambio es posible
Para que el cambio se produzca, hay que saber que puede realmente darse
dicho cambio. Estar motivado para el cambio es vital.
Si la persona cree que puede intentar cambiar, es ahí donde pondrá todo de su
parte para intentar el cambio. Lo que impide frecuentemente dicho cambio son
las creencias inadecuadas y los pensamientos distorsionados sobre el juego.
Cuando se ha decidido cambiar deben proponerse metas pequeñas. Ya que
las grandes metas son difíciles, lejanas y poco objetivas la mayoría de las
veces. Las pequeñas metas deben ser claras, y objetivas, que se puedan
realizar en plazos concretos (un día, una semana). Cuando logre una de sus
metas, fíjese nuevamente nuevas. El conseguir las primeras anima a seguir el
camino del cambio.
Se van a presentar dificultades, hay que animar, estas sirven para que
enfrente las situaciones difíciles que le produce su adicción. Esta etapa no es
fácil, el milagro no se produce de inmediato, el camino estará lleno de grandes
dificultades. Estos son los primeros intentos para lograr el control de su vida.
Como cercanos debemos ser firmes, pero compresivos dentro de nuestra
firmeza de que hay que recorrer un largo camino para superar la ludopatía.
Mientras mayor tiempo pase, el auto control de ludópata será mayor, mejorará
la confianza nuestra en él o en ella y el ludópata mejorará su confianza en si
misma.
La mentira y el engaño
El ludópata ha tenido que especializarse en la mentira y el engaño para
conseguir su objetivo. Cuando se le descubre va poco a poco descubriendo su
pasado, sus zonas oscuras. Este engaño duele mucho, cuando nos lo ha
hecho una persona en la que confiábamos. Cuando esto comienza a
descubrirse no debe provocar el abandono, más bien tiene que producir el
efecto de ser más firmes con él. La persona cercana debe ser y mantenerse
fuerte, no puede desmoronarse con los descubrimientos que va haciendo
sobre la vida pasada el ludópata. La firmeza es esencial.
Todo problema tiene solución
Los problemas son normales en nuestra vida cotidiana. El reconocer que se
tiene un problema es el camino adecuado para buscarle la solución. El
ludópata cuando reconoce su problema, tiene mayor posibilidad para encontrar
la solución.
Asumir que se tiene un problema, que se tiene una patología cambia el modo
de verse a si mismo y al problema. También implica la asunción de que tiene
que poner una parte importante de sí mismo para solucionarlo. Al mismo
tiempo vera que de él va a depender buscar soluciones y alternativas. En esta
etapa se puede ayudar, orientar, ya que nos interesa que mejore y que deje la
ludopatía atrás.
Brinde apoyo y anime a buscar el apoyo cercano
Cuando se tiene problemas se agradece la ayuda, cuando se ha hecho
consciente de su enfermedad. Cuando es posible darle apoyo debe dársele
para que supere su problema. Sin olvidar la firmeza. La familia, los amigos son
una fuente inagotable de ayuda cuando se es querido. Anime a que explique a
la gente que quiere, su problema.
Refuércele constantemente sus avances
A todos nos gusta que nos premien. Cuando se está involucrado en una grave
adicción como la ludopatía y se está en el proceso de rehabilitación se necesita
un reforzamiento positivo. Los premios, el afecto, sentirnos queridos, el amor
nos hacen asumir nuestro problema de mejor manera.
La ayuda, la contención, el cariño debe ser sincera pero firme y sin que pueda
manipular o manipularnos.
Mientras vaya avanzando en el sentido positivo el ludópata necesitará menos
de nosotros, porque empezará a poner en marcha sus sistemas de adaptación
y de autorregulación propios de los seres humanos.
Ayúdele a afrontar y a vencer el desánimo
La ludopatía como otras conductas adictivas, es difícil de vencer. Durante el
proceso de toma de consciencia de la patología suelen presentarse obstáculos
a lo largo del camino, especialmente el desánimo, ansiedad, depresión u otras
emociones como la angustia, aburrimiento , soledad, tensión etc., están
relacionas con la ludopatía, tanto cuando se es ludópata como cuando se esta
en el proceso de rehabilitación.
Los problemas emocionales suelen ser una consecuencia de la ludopatía, de
ahí que el control de esta permitirá un mejor estado emocional, pero en el
camino a este nuevo estado el desánimo y el sufrimiento aparecerán en más
de una ocasión.
Debemos ayudar al ludópata a que conozca y asuma que esto va a ocurrir, que
la recuperación no es inmediata y que estamos ahí para apoyarle.
Cuando surgen problemas de desánimo, depresión, ansiedad etc., es
aconsejable realizar ejercicios físicos, ejercicios de respiración, relajación o
técnicas de distracción.
Descubra junto al ludópata conductas alternativas satisfactorias
En el proceso de recuperación de la ludopatía cobra gran importancia descubrir
o redescubrir nuevas conductas, provocar un cambio en la vida diaria. Con el
tiempo ira descubriendo nuevas cosas que hasta ahora no era capaz de
apreciar. Hacerle ver al ludópata esto es un gran paso hacia la recuperación.
La familia, los amigos, el trabajo pueden ser de gran ayuda en descubrir cosas
nuevas, lo harán sentirse bien consigo mismo.
Cuando ocurra una recaída ayude a remontarla
En el proceso de rehabilitación es frecuente que se produzcan recaídas, estas
suelen estar asociadas a estados emocionales negativos, como la ansiedad y
la depresión o situaciones de estrés, ante el dolor, presión social y la más
importante la perdida de control personal.
Cuando esto ocurre debemos recordarle:
1. Obsérvate, escúchate a ti mismo.
2. Tranquilízate, no tengas pensamientos negativos sobre lo que pasó.
3. Renueva tu compromiso de abandonar el juego.
4. Que te llevo a jugar. Analízalo.
5. Realiza un plan para recuperar tu estado emocional.
6. Pide ayuda.
Si ocurre una caída, debemos mantenernos firmes en el sentido de reafirmarle que
no debe volver a jugar, que todo lo que ha avanzado ya es algo.
El apoyo que le pueda dar la familia a un ludópata no es tarea fácil, quién a veces
también cae en le desánimo y no logra encontrar la manera de ayudar.
Carta de un ludópata a su familia
“Yo soy un jugador, necesito de ustedes. No me reprendan, culpen o
castiguen, ustedes no se enojarían conmigo si yo tuviera cáncer o
diabetes. El juego es también una enfermedad. No me permitan provocar
su enojo, si me atacan verbal o físicamente, lo único que conseguirán es
que confirme la mala opinión que tengo de mí mismo, y…ya me odio
bastante.
No permitan que su amor y ansiedad por mí les lleve a hacer cosas que
yo debo hacer por mi mismo. Si ustedes asumen mis responsabilidades
harán que mi fracaso sea permanente. Mi sentido de culpa aumentará y
ustedes se sentirán resentidos. No acepten mis promesas, yo prometeré
cualquier cosa. Pero la naturaleza de mi enfermedad, me impide que
mantenga promesas, aunque en ese momento lo hago con buena
intención.
No hagan amenazas en vano, una vez que hayan tomado una desición,
aférrense a ella, no crean todo lo que diga, puede ser una mentira. Es
negar la realidad es un síntoma de mi enfermedad. Además generalmente
le pierdo el respeto a aquellos que engaño con facilidad. No permitan que
me aproveche o abuse de ustedes de ninguna forma.
El amor no puede existir por largo tiempo sin ninguna dimensión de
justicia. No me encubran o traten de ninguna forma de salvarme de las
consecuencias de mi forma de jugar. No mientan por mí, no paguen mis
cuentas, ni cumplan mis obligaciones. Esto puede reducir o desviar la
misma crisis que me incitaría a pedir ayuda. Puedo continuar negando
que tengo un problema de adicción al juego tanto tiempo como ustedes
proporcionen un escape automático a las consecuencias de mi juego”
TERAPIA FAMILIAR
COMO AYUDAR A UN LUDÓPATA
Ángela Carmona Alba
Psicóloga Ajuter
Todos podemos reconocer a un ludópata, cuando hay signos externos es fácil:
juego ostentoso, gran cantidad de dinero gastado en juego, exceso de tiempo
dedicado al juego etc. Pero cuando no hay signos externos y pensamos sobre esa
persona que puede ser un ludópata, la cosa se pone más compleja. Para
reconocerlo hay tres elementos que suelen ser características del mismo:
Su modo de comportarse ha cambiado respecto a lo que era habitual en él
hace un tiempo.
Tiene problemas de dinero inexplicables.
Sus cambios de humor son apreciables de un día para otro, pasando de la
euforia a la ira, de la alegría a la depresión o de la amabilidad al insulto.
Todo ludópata cercano a nosotros necesita nuestra comprensión como persona
querida, pero también nuestra firmeza para que ponga una parte de sí mismo para
superar su problema de adicción al juego.
Cuando detectamos que en nuestra familia tenemos una persona con problemas
de ludopatía, podemos ayudarle de varias formas. Partiendo por la búsqueda de
ayuda profesional, entendiendo y estudiando a lo que nos enfrentamos, buscando
lugares en donde pueda encontrar la ayuda necesaria.
Algunas recomendaciones generales pueden ayudar al entendimiento y
compresión que necesitan lo familiares para lidiar con esta patología.
Ayude a descubrir y reconocer la ludopatía
Los ludópatas son personas que niegan su problema hasta que alguien cercano
se lo hacer ver en toda su crudeza o un acontecimiento grave los hacer aterrizar
en su realidad.
Las personas en su entorno cercano son los que pueden observar mejor y
apreciar los cambios de humor, por lo que es relevante enfrentar el problema
firmemente.
Cuando descubrimos en una persona que es un ludópata, la primera tarea no
siempre es fácil, es hacer ver su patología, aunque lo niegue. Hay que observar,
llevar un registro de lo que hace, dinero gastado, con quién está etc. Cuando
niegue que tenga el problema el podremos presentar datos objetivos. Ello facilita
que se vaya dando cuenta de que el juego le está acarreando problemas que le
puede llevar a perder muchas cosas, no solo económicas, también de índole
personal.
El cambio es posible
Para que el cambio se produzca, hay que saber que puede realmente darse
dicho cambio. Estar motivado para el cambio es vital.
Si la persona cree que puede intentar cambiar, es ahí donde pondrá todo de su
parte para intentar el cambio. Lo que impide frecuentemente dicho cambio son
las creencias inadecuadas y los pensamientos distorsionados sobre el juego.
Cuando se ha decidido cambiar deben proponerse metas pequeñas. Ya que
las grandes metas son difíciles, lejanas y poco objetivas la mayoría de las
veces. Las pequeñas metas deben ser claras, y objetivas, que se puedan
realizar en plazos concretos (un día, una semana). Cuando logre una de sus
metas, fíjese nuevamente nuevas. El conseguir las primeras anima a seguir el
camino del cambio.
Se van a presentar dificultades, hay que animar, estas sirven para que
enfrente las situaciones difíciles que le produce su adicción. Esta etapa no es
fácil, el milagro no se produce de inmediato, el camino estará lleno de grandes
dificultades. Estos son los primeros intentos para lograr el control de su vida.
Como cercanos debemos ser firmes, pero compresivos dentro de nuestra
firmeza de que hay que recorrer un largo camino para superar la ludopatía.
Mientras mayor tiempo pase, el auto control de ludópata será mayor, mejorará
la confianza nuestra en él o en ella y el ludópata mejorará su confianza en si
misma.
La mentira y el engaño
El ludópata ha tenido que especializarse en la mentira y el engaño para
conseguir su objetivo. Cuando se le descubre va poco a poco descubriendo su
pasado, sus zonas oscuras. Este engaño duele mucho, cuando nos lo ha
hecho una persona en la que confiábamos. Cuando esto comienza a
descubrirse no debe provocar el abandono, más bien tiene que producir el
efecto de ser más firmes con él. La persona cercana debe ser y mantenerse
fuerte, no puede desmoronarse con los descubrimientos que va haciendo
sobre la vida pasada el ludópata. La firmeza es esencial.
Todo problema tiene solución
Los problemas son normales en nuestra vida cotidiana. El reconocer que se
tiene un problema es el camino adecuado para buscarle la solución. El
ludópata cuando reconoce su problema, tiene mayor posibilidad para encontrar
la solución.
Asumir que se tiene un problema, que se tiene una patología cambia el modo
de verse a si mismo y al problema. También implica la asunción de que tiene
que poner una parte importante de sí mismo para solucionarlo. Al mismo
tiempo vera que de él va a depender buscar soluciones y alternativas. En esta
etapa se puede ayudar, orientar, ya que nos interesa que mejore y que deje la
ludopatía atrás.
Brinde apoyo y anime a buscar el apoyo cercano
Cuando se tiene problemas se agradece la ayuda, cuando se ha hecho
consciente de su enfermedad. Cuando es posible darle apoyo debe dársele
para que supere su problema. Sin olvidar la firmeza. La familia, los amigos son
una fuente inagotable de ayuda cuando se es querido. Anime a que explique a
la gente que quiere, su problema.
Refuércele constantemente sus avances
A todos nos gusta que nos premien. Cuando se está involucrado en una grave
adicción como la ludopatía y se está en el proceso de rehabilitación se necesita
un reforzamiento positivo. Los premios, el afecto, sentirnos queridos, el amor
nos hacen asumir nuestro problema de mejor manera.
La ayuda, la contención, el cariño debe ser sincera pero firme y sin que pueda
manipular o manipularnos.
Mientras vaya avanzando en el sentido positivo el ludópata necesitará menos
de nosotros, porque empezará a poner en marcha sus sistemas de adaptación
y de autorregulación propios de los seres humanos.
Ayúdele a afrontar y a vencer el desánimo
La ludopatía como otras conductas adictivas, es difícil de vencer. Durante el
proceso de toma de consciencia de la patología suelen presentarse obstáculos
a lo largo del camino, especialmente el desánimo, ansiedad, depresión u otras
emociones como la angustia, aburrimiento , soledad, tensión etc., están
relacionas con la ludopatía, tanto cuando se es ludópata como cuando se esta
en el proceso de rehabilitación.
Los problemas emocionales suelen ser una consecuencia de la ludopatía, de
ahí que el control de esta permitirá un mejor estado emocional, pero en el
camino a este nuevo estado el desánimo y el sufrimiento aparecerán en más
de una ocasión.
Debemos ayudar al ludópata a que conozca y asuma que esto va a ocurrir, que
la recuperación no es inmediata y que estamos ahí para apoyarle.
Cuando surgen problemas de desánimo, depresión, ansiedad etc., es
aconsejable realizar ejercicios físicos, ejercicios de respiración, relajación o
técnicas de distracción.
Descubra junto al ludópata conductas alternativas satisfactorias
En el proceso de recuperación de la ludopatía cobra gran importancia descubrir
o redescubrir nuevas conductas, provocar un cambio en la vida diaria. Con el
tiempo ira descubriendo nuevas cosas que hasta ahora no era capaz de
apreciar. Hacerle ver al ludópata esto es un gran paso hacia la recuperación.
La familia, los amigos, el trabajo pueden ser de gran ayuda en descubrir cosas
nuevas, lo harán sentirse bien consigo mismo.
Cuando ocurra una recaída ayude a remontarla
En el proceso de rehabilitación es frecuente que se produzcan recaídas, estas
suelen estar asociadas a estados emocionales negativos, como la ansiedad y
la depresión o situaciones de estrés, ante el dolor, presión social y la más
importante la perdida de control personal.
Cuando esto ocurre debemos recordarle:
1. Obsérvate, escúchate a ti mismo.
2. Tranquilízate, no tengas pensamientos negativos sobre lo que pasó.
3. Renueva tu compromiso de abandonar el juego.
4. Que te llevo a jugar. Analízalo.
5. Realiza un plan para recuperar tu estado emocional.
6. Pide ayuda.
Si ocurre una caída, debemos mantenernos firmes en el sentido de reafirmarle que
no debe volver a jugar, que todo lo que ha avanzado ya es algo.
El apoyo que le pueda dar la familia a un ludópata no es tarea fácil, quién a veces
también cae en le desánimo y no logra encontrar la manera de ayudar.
Carta de un ludópata a su familia
“Yo soy un jugador, necesito de ustedes. No me reprendan, culpen o
castiguen, ustedes no se enojarían conmigo si yo tuviera cáncer o
diabetes. El juego es también una enfermedad. No me permitan provocar
su enojo, si me atacan verbal o físicamente, lo único que conseguirán es
que confirme la mala opinión que tengo de mí mismo, y…ya me odio
bastante.
No permitan que su amor y ansiedad por mí les lleve a hacer cosas que
yo debo hacer por mi mismo. Si ustedes asumen mis responsabilidades
harán que mi fracaso sea permanente. Mi sentido de culpa aumentará y
ustedes se sentirán resentidos. No acepten mis promesas, yo prometeré
cualquier cosa. Pero la naturaleza de mi enfermedad, me impide que
mantenga promesas, aunque en ese momento lo hago con buena
intención.
No hagan amenazas en vano, una vez que hayan tomado una desición,
aférrense a ella, no crean todo lo que diga, puede ser una mentira. Es
negar la realidad es un síntoma de mi enfermedad. Además generalmente
le pierdo el respeto a aquellos que engaño con facilidad. No permitan que
me aproveche o abuse de ustedes de ninguna forma.
El amor no puede existir por largo tiempo sin ninguna dimensión de
justicia. No me encubran o traten de ninguna forma de salvarme de las
consecuencias de mi forma de jugar. No mientan por mí, no paguen mis
cuentas, ni cumplan mis obligaciones. Esto puede reducir o desviar la
misma crisis que me incitaría a pedir ayuda. Puedo continuar negando
que tengo un problema de adicción al juego tanto tiempo como ustedes
proporcionen un escape automático a las consecuencias de mi juego”
FAMILIA Y ADICCIONES
FAMILIA Y ADICCIONES (Ludopatía)
Ángela Carmona Alba
Psicóloga Ajuter
La familia es una parte fundamental en la historia de las adicciones, en
su detección, aceptación, orientación, canalización, tratamiento,
rehabilitación y mantenimiento de abstinencia.
El ludópata ha perdido el control de su manera de jugar y sufre del
caos y desorden producidos por su adicción. Él vive en una trampa de
negación de sus sentimientos verdaderos de soledad, vergüenza y
culpa. La trampa es un ciclo vicioso de compulsión y negación. Juega
compulsivamente para escapar del dolor de su vida y sólo encuentra
las consecuencias dolorosas de su manera de jugar. Ahora en su vida,
lo que era una solución es un problema. Él depende del juego, pero
también depende del codependiente para cuidarlo, para hacerse
responsable de él. No existe un adicto sin un codependiente o una
serie de codependientes.
La codependencia se caracteriza por un sentido de urgencia por el
control de la conducta de otros, especialmente hacia el adicto. Por eso
uno de los temas a trabajar en primera instancia es el desprendimiento
emocional. Este desprendimiento se hace a través del cambio de
formas de pensar, de actuar que vienen con la recuperación.
Desprendimiento no es desentendimiento, sino, más bien la vía
razonable para enfrentar el problema de la adicción. Nadie que esté
enganchado en una dinámica de codependencia puede ayudar a un
adicto a recuperarse. La adicción daña las relaciones familiares,
haciendo muy difícil la expresión de amor sano.
El desprendimiento emocional habilita al codependiente para poder
ejercer y brindar el amor que él siente por el adicto. A la misma vez
que le permite establecer limites sanos con claridad y firmeza. Uno de
los problemas más serios que enfrenta la familia son las intensas y
frecuentes manipulaciones y mentiras que recibe del adicto.
La manipulación consiste en despertar en el interlocutor,(por lo general
familiar, un amigo, compañeros de trabajo e incluso el terapeuta),
emociones de protección, lastima o compresión que lo lleven a obtener
su deseo de mantenerse en su adicción y así evitar las consecuencias
de sus actos sin asumir las responsabilidades que ello implica.
Existen diferentes emociones y afectos que se producen por el adicto,
las más comunes son, pena, lastima, dolor, tristeza, rabia, culpa,
desconfianza y temor. Otros sentimientos que son comunes en los
familiares es confusión, ansiedad, temor al juicio social y familiar,
sensación de fracaso como padres, pareja y temor a enfrentar el
problema.
Los codependientes primarios son las personas más cercanas al
jugador, como esposos o padres. Como codependiente, se siente
responsable de todo, hasta del mismo juego patológico de su cercano.
Una conducta clásica de la codependencia se ve cuando se justifica
las acciones, dando excusas por él a otros, para ocultar o evitar las
consecuencias de la ludopatía. Frecuentemente la mujer o el hombre
piensa, “si yo fuera mejor esposa, mejor cocinera, mejor ama de casa
o mejor madre, él no tendría la necesidad de jugar y seríamos una
familia feliz.” Se trata de controlarlo a él y a los demás
compulsivamente. Así ella muestra su adicción al enfermo y sus
problemas. Por pena, ella no comparte su situación, ni sus
sentimientos verdaderos de enojo, incapacidad y culpa con casi nadie
y se siente aislada. De esta manera la negación del problema familiar
continúa.
Podemos ver que la adicción y la codependencia son la misma
enfermedad. Ambos, como cualquier proceso de adicción, comparten
las mismas características de negación, obsesión, compulsión y
pérdida de control. (El codependiente mantiene una ilusión de control,
pero su vida es ingobernable).
La recuperación de la familia del adicto es necesaria para poder sanar
de manera integral todo el daño producido por la adicción en el
sistema familiar. Porque la familia es un sistema, podríamos decir que
la familia es como un móvil de los que utilizamos sobre las cunas de
los bebés. Tocamos una parte del móvil, y las demás partes se
mueven para equilibrarse.[
Es preciso señalar que la familia del adicto se ve afectada seriamente
durante todo el periodo en que se fue desarrollando la adicción. Y
generalmente es primero un familiar el que toma conciencia del
problema y da los primeros pasos en busca de ayuda.
Al principio el codependiente está tan obsesionado con ayudar al
adicto, que necesita apoyo para poder enfocarse en sí mismo y
comenzar él un proceso de recuperación. Pronto será evidente para el
codependiente, que solo puede ayudar, sí él mismo esta en
recuperación, puesta esta enfermedad afecta a toda la familia.
La familia debe aprender y generar conductas orientadas a que la
responsabilidad de mantener la abstinencia es en primer lugar del
adicto y luego de la familia y esta debe mantener una actitud firme
ante una recaída, el adicto debe retomar el proceso de rehabilitación.
El amor que la familia debe ejercer es llamado “Amor Duro”, es un
afecto que es el más apropiado y útil en las relaciones con una
persona que sufre adicción. Como familiares a veces el cariño puede
evitar que pongamos límites adecuados para protegernos o para evitar
colaborar con la conducta adictiva. Sin embargo el amor de la familia
combinado de manera balanceada con la firmeza necesaria para
establecer límites saludables, es una herramienta vital en el proceso
de rehabilitación.
Los codependientes muchas veces también tienen recaídas, estas
vienen porque el ludópata ya está mejor y el codependiente deja de
cuidar su recuperación personal. Otras veces viene producto del
desánimo que resulta de una recaída del adicto. Una recaída no debe
ser interpretada como fracaso total, sino que debemos aprender de
ella y retomar el proceso de recuperación lo antes posible.
Como mencionamos anteriormente, la familia es una parte
fundamental en la historia de los adictos, en su detección, aceptación,
orientación, canalización, tratamiento, rehabilitación y mantenimiento
de la abstinencia, y además vital en la disminución o provocación de
recaídas, es por lo tanto un elemento clave en la recuperación y
proceso de rehabilitación de la ludopatía.
JUEGO PATOLOGICO O LUDOPATIA
JUEGO PATOLÓGICO O LUDOPATÍA
Ángela Carmona Alba
Psicóloga AJUTER
La ludopatía o juego patológico es una enfermedad crónica, que se traduce en una conducta
de juego mal adaptativa, que es persistente y recurrente en el tiempo y se caracteriza por la
búsqueda de una gratificación inmediata. Se traduce en síntomas significativos que afectan
al individuo a su entorno. No es solo perdida de dinero.
La causa especifica de este trastorno se desconoce, pero se sabe que estaría determinado
por componentes biológicos, sociales y ambientales muy semejantes a los que se dan en las
adicciones.
Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), el juego patológico se define como un
trastorno caracterizado por la presencia de frecuentes y reiterados episodios de
participación en juegos de apuestas, los cuales dominan la vida de la persona enferma en
prejuicio de sus valores y obligaciones sociales, laborales, materiales y familiares; esta
conducta persiste y a menudo se incrementa a pesar de las consecuencias sociales adversas
tales como perdida de fortuna personal, deterioro de las relaciones familiares y situaciones
personales críticas. (OMS, 1992)
Recientemente el Manual diagnostico y estadístico de los trastornos mentales, quinta
edición (DSM V), incluyó la ludopatía entre las adicciones por sus similitudes en la
expresión clínica, origen, comorbilidad física y tratamiento con el resto de adicciones al
alcohol, tabaco y drogas ilegales. (DSM V, Asociación Americana de Psiquiatría)
Según el DSM V, la ludopatía debe cumplir con una serie de criterios:
A.- Comportamiento de juego desadaptativo, persistente y recurrente, como indican
por lo menos cinco (o más) de los siguientes ítems:
1.- Preocupación por el juego (p. ej. Preocupación por revivir experiencias pasadas de
juego, compensar ventajas entre competidores o planificar la próxima aventura o pensar
formas de conseguir dinero con el que jugar).
2.- Necesidad de jugar con cantidades crecientes de dinero para conseguir el grado de
excitación deseado.
3.- Fracaso repetido de los esfuerzos para controlar, interrumpir o detener el juego.
4.- Inquietud o irritabilidad cuando intenta interrumpir el juego.
5.- El juego se utiliza como estrategia parra escapar de los problemas o para aliviar la
disforia (p. ej., sentimientos de desesperanza, culpa, ansiedad o depresión).
6.- Después de perder dinero en el juego, se vuelve al otro día para intentar recuperarlo.
(Tratando de “cazar” las propias perdidas).
7.- Engaña a miembros de la familia, terapeutas u otras personas para ocultar el grado de
implicación con el juego.
8.- Se cometen actos ilegales, como falsificación, fraude, robo, o abuso de confianza, para
financiar el juego.
9.- Se han arriesgado o perdido relaciones interpersonales significativas, trabajo y
oportunidades educativas o profesionales debido al juego.
10.- Se confía en que los demás proporcionen dinero que alivie la desesperada situación
financiera causada por el juego.
Las razones del incremento del juego patológico pueden ser distintas, pero una fundamental
ha sido el aumento del los casinos de juego en casi todas las ciudades del país y el
crecimiento exponencial de las maquinas de juego ilegales en todos los puntos de la
ciudades de Chile.
La ludopatía es una enfermedad grave, un jugador afecta de 15 a 20 personas a su
alrededor, a las que debe, les sigue pidiendo prestado y al final se vuelve una carga muy
pesada que nadie quiere llevar.
Para los jugadores patológicos, su vida gira en torno al juego, el cual se vuelve más
importante que la familia, el trabajo y cualquier otra cosa. Generalmente los familiares se
percatan de la enfermedad por que el paciente se vuelve mentiroso, anda de mal humor,
duerme mucho o no lo hace, come en exceso o casi nada.
La pérdida de libertad es lo que representan las adicciones. Las personas no pueden dejar de
consumir o de tener alguna conducta, a pesar de conocer los daños que les causa en todos
los aspectos de su vida.
En Chile no se cuenta con datos estadísticos acerca de esta patología, pero en estudios
realizados en Estados Unidos se estima que entre un 1% y 3.4% de la población se
encuentra afectada. Esto de duplica cuando existe un casino en el área alrededor de 80 Km.
En los individuos que presentan Ludopatía puede existir una distorsión del pensamiento,
como la negación, superstición, confianza excesiva o sentido de poder y control. Estos son
altamente competitivos, enérgicos, inquietos y se aburren fácilmente. Les preocupa la
aprobación de los demás y ser muy generosos. Cuando no juegan son considerados adictos
al trabajo.
Se ha observado una mayor frecuencia de enfermedades medicas asociadas al estrés,
elevada ideación suicida, trastornos del estado del animo, trastorno por déficit atencional
con hiperactividad, abuso o dependencia de sustancias, otros trastornos de control de
impulsos.
Generalmente la evasión de la realidad aparece como recurrente en los discursos de los
grupos, sea cual fuere la historia inicial. La incapacidad de afrontar los problemas, las
exigencias del contexto y los perfiles de la personalidad que favorecen esta evasión son la
incapacidad de comunicación, una baja autoestima y la carencia de habilidades sociales.
Los efectos directos relacionados con la ludopatía son:
Problemas Psicológicos: Las más habituales son la depresión y la ansiedad.
Problemas Físicos: El continuo estrés que supone mantener y ocultar el juego
produce toda una serie de alteraciones físicas, las más frecuentes suelen ser, dolores
de cabeza, musculares, fatiga, insomnio, alteraciones gastrointestinales y sensación
de debilidad.
Problemas familiares: Estos son los más perjudicados por la falta de control sobre
el juego. Se produce aislamiento por parte del afectado, mentiras, gasto excesivo de
dinero, desaparición de dinero y venta de objetos personales.
Problemas sociales: Los ludópatas sueles padecer un empobrecimiento en las
relaciones sociales, tienden a evitar el contacto con amistades y pierden el interés
por actividades que realizaban antes de empezar a jugar compulsivamente.
Consumo de Drogas: La tasas de incidencia de alcoholismo entre los jugadores
patológicos son superiores a las existentes en el total de la población.
Problemas Legales: La tendencia a la transgresión de normas es otra de las
consecuencias del juego patológico. La comisión de hurtos en casa o fuera de ella,
responde a la necesidad de obtener dinero y bienes para seguir jugando.
Curso y Pronóstico
El juego patológico empieza temprano en los adolescentes hombres y más tardíamente
en la mujer. Algunas personas quedan atrapadas desde su primera apuesta, pero para
otros el curso es más insidioso. Puede haber continuidad de años de juego social,
seguidos de un comienzo brusco que puede ser precipitado por una mayor exposición al
juego o por estrés. El patrón de juego puede ser regular o episódico, y el curso del
trastorno es crónico caracterizado por frecuentes recaídas. Hay una progresión en la
frecuencia de juego, la cantidad apostada y la preocupación por el juego y la obtención
de dinero con el cual jugar. La urgencia de apostar o de jugar aumenta generalmente
durante los periodos de estrés o depresión.
TABLA 1
Escala de Jugadores anónimos (Adaptación de Becoña, 1996)
Conteste a las siguientes preguntas con un SÏ o un NO, referida a su conducta de juego
en las últimas semanas o meses:
1. ¿Ha perdido alguna vez tiempo en su trabajo debido al juego?
2. ¿El juego ha hecho alguna vez la vida de su casa infeliz?
3. ¿El juego afecta a su reputación?
4. ¿Se ha sentido alguna vez con remordimientos después de jugar?
5. ¿Ha jugado alguna vez para conseguir dinero con el que pagar las deudas o
resolver problemas económicos?
6. ¿El juego le produce algún descenso de su ambición o eficiencia?
7. Después de perder, ¿Siente que debe volver lo antes posible a intentar recuperar
sus perdidas?
8. Después de una ganancia, ¿Siente una fuerte urgencia de volver a jugar para
ganar más?
9. ¿A menudo juega hasta su último peso?
10. ¿Ha tenido alguna vez que pedir prestado para seguir jugando?
11. ¿Ha tenido alguna vez que vender alguna cosa para seguir jugando?
12. ¿Es usted renuente a usar el “dinero del juego” para gastos normales?
13. ¿El juego el ha hecho más descuidado en proporcionar bienestar a su familia?
14. ¿Jugo alguna vez más tiempo del que había planeado?
15. ¿Jugo alguna vez para escapar del aburrimiento o de sus problemas?
16. ¿Ha cometido o ha tomado en consideración cometer alguna vez algún acto
ilegal para financiar su juego?
17. ¿El juego le causa problemas para dormir?
18. ¿Discute, está decepcionado o frustrado como consecuencia de una urgencia a
jugar?
19. ¿Tiene necesidad de celebrar su buena suerte dedicándole unas cuantas horas al
juego?
20. ¿Alguna vez ha pensado en suicidarse como un resultado de las consecuencias
de su juego?
Ludopatía: Los ludópatas contestaran afirmativamente a 7 o más de las anteriores
preguntas.
TABLA 2
Escala Breve de detección de la Ludopatía o Juego Patológico
(Fernández-Montalvo, Echeburúa y Baez, 1995)
1. ¿Cree usted que tiene o ha tenido alguna vez problemas con el juego?
2. ¿Se ha sentido alguna vez culpable por jugar o por lo que le ocurre cuando juega?
3. ¿Ha intentado alguna vez dejar de jugar y no ha sido capaz de ello?
4. ¿Ha cogido alguna vez dinero de casa para jugar o pagar deudas?
Probable Ludópata: Aquella persona que contesta 2 o más preguntas de las anteriores
afirmativamente, probablemente es un ludópata o tiene importantes problemas con el
juego.
Bibliografía:
Gonzalez, A (1989). Juego patológico: Una nueva adicción. Madrid
Ochoa, E., Labrador, F.J., Echeburúa, E., Becosa, E. y Vallejo, M.A. (1997). El Juego
Patológico. Madrid
Fernandez-Montalvo, J. y Echeburúa, E. (1997) Manual Práctico del Juego Patológico.
Madrid.
Manual Diagnostico y Estadístico de los Trastornos Mentales. DSM V (2013) Asociación
Americana de Psiquiatría (APA).
LUDOPATÍA Y COMO AFECTA EN LA FAMILIA
JUEGO PATOLÓGICO O LUDOPATÍA
Ángela Carmona Alba
Psicóloga AJUTER (Agrupación de Jugadores en Terapia)
La característica esencial del juego patológico es el comportamiento
de juego, desadaptativo, persistente y recurrente, que altera la
continuidad de la vida personal, familiar o profesional.
Se caracteriza por el descontrol de impulsos, buscando “acción” más
que dinero. Al aumentar sus apuestas consiguen producir y mantener
los niveles de excitación deseados.
En Chile no se cuenta con datos estadísticos acerca de esta patología,
pero en estudios realizados en Estados Unidos se estima que entre un
1% y 3.4% de la población se encuentra afectada. Esto de duplica
cuando existe un casino en el área alrededor de 80 Km.
¿Afecta siempre el juego a las relaciones familiares? Existe mucha
evidencia empírica que demuestra que efectivamente el juego afecta
el clima familiar. Cuanto mayor es la adicción, peor es el clima familiar.
Las razones son contundentes. El jugador, descuida totalmente su
entorno cercano, deja de ocuparse de los otros, deja de interesarse
por las cosas, pierde vivacidad, esto produce un quiebre en la relación
con el medio. Por otra parte esta la familia, con sensación de perdida,
de desconfianza, de decepción. La familia estigmatizada, mira para
otro lado y el jugador rehuye el contacto para no ser increpado u
hostilizado.
Las familias de los ludópatas sufren directamente las consecuencias
de su problema, no solo son económicas, sino que en muchos casos
produce la ruina afectiva y personal. La crisis permanente, el estrés de
la incertidumbre, la frustración, la ira, la decepción, las discusiones y la
falta de entendimiento y comunicación, se hacen presentes al
descubrirse que uno de los miembros de la familia es ludópata.
En un hogar afectado por el juego, sus miembros pierden la serenidad,
baja la autoestima, sienten pena por sí mismos o rabia y enojo
constantes. La impotencia está vinculada a la imposibilidad de
encontrar soluciones posibles. Tratan de ejercer presión para lograr
cambios de conducta en su familiar jugador. Pueden hacer abandono
del hogar y luego volver, o echar al propio jugador, para luego
llamarlo, se buscan culpables. Se adoptan comportamientos de
control, como espiar, perseguir, averiguar. Se acompaña al ludópata a
jugar “para que juegue menos”, se le pregunta continuamente,
¿jugaste?, ¿me mientes? Se desprecia, se justifica, se le ataca, se
perdona. Y lo increíble de todo esto, es que por las experiencias
observadas, todas estas actitudes las puede llegar a adoptar una
misma persona, con poca diferencia de tiempo, en diferentes
momentos de la convivencia familiar.
Todos podemos reconocer a un ludópata, cuando hay signos externos
es fácil: juego ostentoso, gran cantidad de dinero gastado en juego,
exceso de tiempo dedicado al juego etc. Pero cuando no hay signos
externos y pensamos sobre esa persona que puede ser un ludópata,
la cosa se pone más compleja. Para reconocerlo hay tres elementos
que suelen ser características del mismo:
Su modo de comportarse ha cambiado respecto a lo que era
habitual en él hace un tiempo.
Tiene problemas de dinero inexplicables.
Sus cambios de humor son apreciables de un día para otro,
pasando de la euforia a la ira, de la alegría a la depresión o de la
amabilidad al insulto.
Todo ludópata cercano a nosotros necesita nuestra comprensión como
persona querida, pero también nuestra firmeza para que ponga una
parte de sí mismo para superar su problema de adicción al juego.
Cuando detectamos que en nuestra familia tenemos una persona con
problemas de ludopatía, podemos ayudarle de varias formas.
Partiendo por la búsqueda de ayuda profesional, entendiendo y
estudiando a lo que nos enfrentamos, buscando lugares en donde
pueda encontrar la ayuda necesaria.
¿QUÉ ES UNA ADICCIÓN?
QUE ES UNA ADICCIÓN
Ángela Carmona Alba
Psicóloga Ajuter
Una adicción es una conducta destructiva de carácter obsesivo y compulsivo, que
intenta evadir el dolor emocional a través de la negación y el control.
El perfil psicológico adictivo resume características emocionales, estructuras de
pensamiento y conductas, que permiten darle el nombre de tal.
Se suele creer que la adicción se refiere sólo a las drogas, al alcohol y
eventualmente a la nicotina. Sin embargo muchas otras conductas pueden
transformarse en destructivas, controlando la vida de las personas,
empobreciendo su rendimiento y alterando su calidad de vida.
Tipos de Conductas adictivas: estos son solo algunos ejemplos de aquellas
conductas que pueden caer bajo el poder de la adicción, la lista puede ser mucho
más larga:
– A las drogas y al alcohol.
– A los psicofármacos.
– Al tabaco.
– A los vínculos (o fantaseados).
– Al sexo.
– Al juego incontrolado, ludopatía.
– A las compras y los gastos desenfrenados.
– Al trabajo.
– A la comida (desórdenes alimentarios: Bulimia y Anorexia).
– Al golpe de adrenalina (riesgo y excitación permanente).
– A la religión.
– Al perfeccionismo.
– A la actividad física.
– Etc.
“Es probable que la mayoría de nosotros padezca alguna o varias
adicciones. Ya no es tan fácil como se solía hacer antes, dividir el mundo
entre adictos y no adictos. Más bien parece tratarse de una línea continua
que va desde la “normalidad”, hasta las adicciones altamente destructivas.
…Vivimos en realidad en “una cultura adictiva”, que critica y señala lo mismo
que provoca.”
Signos indicadores de Adicción:
¿Cómo saber si se tiene o no una adicción: En psicología se proponen cuatro
elementos básicos que ponen en claro la diferencia entre una adicción y un hábito.
Para que una adicción se considere como tal, en primer lugar debe existir la
compulsión y la obsesión hacia el objeto de adicción. Es decir, la persona no
puede abandonar la conducta a pesar de las consecuencias destructivas que
tiene en su vida, que es la segunda característica esencial.
Si bien las conductas adictivas parecen producir placer o alivio en el momento,
van generando de forma acumulativa una cantidad de consecuencias secundarias
que afectan negativamente la vida de las personas. La condición destructiva se
hace presente tanto en los vínculos personales, como en el ámbito laboral, en la
economía, en su salud psíquica y física y en su conducta social en general.
El tercer elemento que caracteriza la personalidad adictiva, es el control. La
persona intenta controlar su adicción, cuando en realidad es controlado por ella.
Pasan por algunos períodos de abstinencia que les permiten imaginar o creer que
se han liberado de la adicción, para luego recaer nuevamente en ella. La
negación que es el cuarto elemento constitutivo, hace que la persona sienta que
tiene todo bajo control y que puede dejar su conducta adictiva cuando lo desee.
Este mecanismo defensivo intenta además mantener a raya la depresión
subyacente a toda adicción, así como el dolor y la angustia asociados. Pero
fundamentalmente la persona niega su adicción y sus consecuencias destructivas,
impidiendo de esta manera que nada ni nadie se convierta en obstáculo para
seguir “consumiendo”.
Todos los estudios señalan que todas las adicciones, aunque parezcan distintas a
primera vista tienen entre sí más puntos en común que diferencias. Es todo una
sola enfermedad. El denominador común es el mal estar interior, el desasosiego
que hace a las personas vulnerables a las adicciones.
“El malestar adictivo es la sumatoria de: un sistema de creencias adictivo; la
personalidad adictiva; la inadecuada capacidad para enfrentar las cosas; las
necesidades emocionales, sociales y espirituales insatisfechas y la falta de
respaldos sociales”.
Sistema de creencias adictivo o las ideas irracionales en la adicción
El perfil psicológico de una persona con conductas adictivas se sustenta en un
conjunto de creencias que se caracterizan de la siguiente manera:
1 – El perfeccionismo y la sobre exigencia:”Todo debería ser perfecto”
.”Siempre se puede algo más”.
2 – La idealización: “La vida debería estar libre de dolor y no requerir esfuerzo”
“Existen relaciones o estados perfectos que no puedo alcanzar”.
3 – La búsqueda de aprobación: “La imagen lo es todo”. “Si aparento ser, o me
comporto de cierto modo, finalmente seré querido”.
4 – Fantasía de omnipotencia: “Yo debería ser todopoderoso” “Yo debería
conseguir siempre lo que quiero”.
5 – Sensación de impotencia, baja autoestima: “Yo no soy bastante”.
6 – Intolerancia a la frustración: “Algo o alguien puede darme el poder de que
carezco”.
7 – Gratificación inmediata. Arreglo rápido: “¡Lo quiero ya!” “Si no es ahora no va
a ser nunca”.
8 – Dificultad con el límite: “No puedo controlarme, nadie puede controlarme”
9 – Anestesia emocional: “Los sentimientos son peligrosos”.
10 – Temor a la intimidad: “No puedo confiar en nadie”.
11 – Pensar extremista: “Es blanco, o es negro”.
12 – Aislamiento. Adicción secreta. “Nadie puede entender lo que me pasa” “Esto
sólo me sucede a mí”.
Objetivos de la Conducta Adictiva:
Las personas que quedan atrapadas en esta compleja red de pensamientos y
emociones, creen hallar en la adicción un alivio para el aislamiento y la soledad
emocional, una posibilidad de evadir por un lapso de tiempo ciertos sentimientos y
dolores muy profundos… Obtienen en conductas o sustancias, un seudo placer, ya
que éstas suelen esconder en realidad situaciones de intenso sufrimiento.
Provee la ilusión de control sobre aquellas situaciones de su vida que se viven
como ingobernables. Mientras tanto la adicción produce crisis constantes que,
paradójicamente, son buscadas por la adicción al golpe de adrenalina.
En apariencia la conducta adictiva insinúa una aparente parálisis del tiempo, la
detención del dolor y el conflicto o sentimiento de impotencia irresoluble.
¿SE PUEDE SUPERAR LA LUDOPATIA?
¿SE PUEDE SUPERAR LA LUDOPATIA?
Ángela Carmona Alba
Psicóloga AJUTER
EL ser humano con sus grandezas y sus bajezas tiene un sinfín de
posibilidades que puede poner en acción en uno u otro sentido.
Cuando una persona quiere cambiar, cuando quiere superarse, tiene
la mitad de la guerra ganada. Falta solo la otra parte, para conseguir la
meta propuesta. El querer hacer algo o provocar un cambio es poder,
solo teniendo la voluntad de querer se puede lograr un gran porcentaje
de avance.
Siempre es bueno que un profesional ayude en el tratamiento, pero
algunas sugerencias pueden ser una buena alternativa para iniciar el
proceso de rehabilitación.
Reconocer que se tiene un problema grave.
Cuando un ludópata solicita ayuda o cuando es consciente de que
precisa ayuda, es el momento en que reconoce que tiene un
problema grave de tipo personal, para el que no tiene salida en ese
momento. Lo importante es dejar de jugar, reconocer que se tiene
un problema que ha llevado a la pérdida de control y, a partir de ahí
reestructurar la vida, reorganizarla para que vuelva a ser como
antes.
Ser consciente de problema obliga a destaparse, a quedar desnudo
ante la realidad, a confesarse ante los demás. Esto no es ni más ni
menos que reconocer que tiene un problema grave y que lo asume,
que lo hace suyo y que va a poner realmente y sin mentiras todo de
su parte por superarlo.
Comunicar a las personas más cercanas que tengo este
problema.
Cuando antes el entorno cercano conozca el problema de la
ludopatía es mejor. Esta comunicación puede ser difícil y dolorosa,
pero debe hacerse, porque son las personas cercanas a nosotros,
las que no quieren, y las que más nos pueden ayudar.
Cuando una persona cercana a nosotros tiene el problema de la
adicción, le debemos hacer ver que tiene que acudir en busca de
ayuda o nosotros ofrecérsela. Aunque niegue que tenga el
problema debemos insistirle e incluso acompañarle para que vea
por sí mismo en que nivel del problema está. La insistencia le
llevará a la reflexión al verse descubierto.
Cualquier momento es bueno para comunicar que se tiene un
problema para el que busca ayuda. Sea claro, sincero y realista.
Cuando la mentira se implanta en la vida de una persona le cuesta
abandonar esta practica, el tener el valor de decir la verdad es un
paso a la rehabilitación, con todas las consecuencias y sufrimientos
que acarreará.
Dejar de manejar el dinero
El dinero es el instrumento que el ludópata tiene para poder jugar,
si no tiene dinero no puede hacerlo, aunque dedicará parte
importante de su tiempo para conseguirlo.
Cuando se decide dejar de jugar y se tiene la firme intención de
hacerlo, ello va a estar en contraposición a la tentación de jugar.
Todos los años de juego producen la adicción que le hace tener
presente una y otra vez el juego. El modo de controlar esto es que
no pueda acceder al dinero y solo puede ocurrir cuando no hay
dinero.
Transferir dinero, tarjetas y todo acceso a cuentas al otro miembro
de la pareja o alguien de confianza. A él debe pedirle dinero
necesario para sus gastos diarios y tiene a alguien que lo controla
directamente. Es un paso importante, difícil pero necesario.
Asumir las consecuencias de mi pasado
Nuestra vida, nuestra historia es la nuestra y de nadie más, no
podemos cambiarla ni reescribirla de otro modo. La vida es un
cúmulo de aprendizajes, situaciones nuevas, cambios, barreras a
superar. Por lo tanto el ludópata que ha sido ludópata eso es lo que
ha sido un ludópata. Tiene que asumirlo, es su pasado, y lo que
tiene que hacer ahora, en el presente, es superar su problema.
Asumir las consecuencias del pasado es necesario, aunque no
siempre sea agradable o fácil, pero el jugador tiene que asumir y
enfrentarse al hecho.
Buscar ayuda para el problema de juego y para los problemas que
ha producido directamente o indirectamente el juego es una buena
medida. Asesoramiento legal, familiar, laboral y de asociaciones de
ayuda cobran aquí gran relevancia.
No siempre el ludópata va a encontrar caminos fáciles, la gran
mayoría de las veces estos caminos llevan mucho dolor y
frustración.
Observar detenidamente lo que hago
Observar lo que se hace permite conocer como uno es y como se
comporta. Anotarlo nos permite un seguimiento preciso. El tener
una pequeña libreta en donde anotar todo ayuda a llevar un control
objetivo de todo lo que ahora se va haciendo.
Incluir en que se gasta el dinero diariamente, tentaciones que ha
tenido por el juego y como ha superado estas tentaciones. Como ha
logrado superar los problemas que le han surgido a lo largo del día,
nivel personal, laboral y relacionados con el juego.
Aunque pensemos que nos conocemos bien a nosotros mismos,
que nada nos puede ayudar a conocernos mejor, también es cierto
que solemos distorsionar la información sobre nosotros mismos de
manera importante. El anotar lo hecho diariamente nos fuerza a ser
más objetivos.
Como complemento a esas anotaciones es bueno escribir una
pequeña autobiografía acerca de cómo consideramos que ha sido
nuestra vida. El hecho de escribir ya ayuda al adicto a volcar su
dolor, angustia, frustración, y al releerlo encuentra a la persona que
ha estado inmersa en la ludopatía.
Estar permanentemente alerta
Cuando el ludópata ha dejado de jugar y lleva varios días, semanas
sin ningún episodio de juego, puede falsamente pensar que ya no
tiene problemas de juego, que ha dejado atrás su ludopatía, pero
no es así.
Dejar de jugar es el primer paso para superar la adicción, pero ello
tiene que venir seguido de la consolidación de este paso. Hay que
dejar pasar el tiempo, comprobar que se puede estar sin jugar
meses, que las tentaciones van disminuyendo, que el apoyo es
bueno, que los problemas producidos por el juego se van
solucionando o se les va buscando una salida adecuada.
El estar permanentemente alerta es bueno par no confiarse en los
avances y en lo conseguido. Siempre en todo proceso de cambio
hay dificultades y en las adicciones estas son más pronunciadas,
especialmente cuando se llevan meses sin jugar. Se cree
falsamente que el problema ha quedado atrás. Esta es una de las
etapas más peligrosas ya que se cree aparentemente que se ha
logrado controlar la conducta y no es así, por lo tanto la frustración
será mayor.
Hacer un cambio en el estilo de vida
Todo cambio implica esfuerzo y en muchos casos reorganizar la
vida. Lo ideal para superar la ludopatía es hacer un cambio en el
estilo de vida. Cuando se es ludópata se hacen cosas que exigen
mucho tiempo respecto al juego. Se esta en el lugar de juego por
horas, se tiene amigos de juego. Ahora la situación ha cambiado,
se exige un cambio importante en el estilo de vida, en el modo de
funcionar y comportarse diariamente.
Cuando se tiene pareja este cambio debe llevar a reorganizar la
relación de pareja, redescubriendo el tiempo pasado en que las
relaciones eran buenas. Si hay hijos debe dedicársele más tiempo,
redescubrir a los verdaderos amigos, apoyarse en ellos y en
hobbies distintos al juego, facilita ir superando el problema.
Buscar apoyo
Es difícil por uno solo superar el problema de ludopatía. Sé es muy
importante que le ludópata quiera cambiar, decida cambiar y
provoque el cambio. Aquí la ayuda de otros, sean profesionales,
sean personas cercanas es importante.
La búsqueda de apoyo es una parte esencial en el proceso de
cambio, de dejar de jugar y de mantenerse sin jugar. Desde el nivel
familiar, amigos y a otros que pueda acceder, como nuevos amigos,
otras personas que también tienen problemas de juego y han
dejado de jugar, son importantes para que el jugador se vea como
una personad que quiere superarse y vencer una dificultad grave
como es la ludopatía.
La familia, amigos, asociaciones etc., son una gran ayuda, pero hay
que ganárselos. Ahora muchas personas han perdido la confianza
en el ludópata, en lo normal, hay que ir ganando la confianza de
nuevo para los más cercanos y para las otras personas. Es un largo
camino pero poco a poco se puede ir consiguiendo.
Estar atento al desánimo
Superar la ludopatía no es fácil. Es desánimo acecha en todas
partes.
El optimismo tan característico del jugador cuando estaba en la
situación de juego, va chocando una y otra vez contra la cruda
realidad. Muchos problemas de difícil solución se hacen presentes
al dejar de jugar o al verse obligado a dejar de jugar. Muchas veces
hay ruptura matrimonial, problemas de relación, deudas a las que
no se puede hacer frente etc., son solo algunos de éstos.
Si surge el desanimo debe combatirse con el recorrido histórico de
la ludopatía, el recuerdo de las graves consecuencias que le ha
acarreado y su contraposición a los aspectos positivos que aprecia
al haber dejado de jugar. Los caminos de la recuperación no son
fáciles, pero en la dificultad está el esfuerzo para salir adelante.
Conocer que el desánimo va a estar presente en varias etapas es
importante, para que cuando aparezca se sepa que esta dentro de
la normalidad del proceso. Conocer es saber y sabiendo podemos
superar los obstáculos.
El apoyo de otras personas, las nuevas tareas que se están
realizando distintas al juego, el haber dejado de jugar hace ya un
tiempo, el sentirse en ocasiones muy bien, deben contraponerse al
desánimo. Incluso si este persiste y es intenso, se debe acudir a un
profesional para que le preste ayuda. Nunca dude o deje de pedir
ayuda si lo necesita.
Controlar las tentaciones
El desánimo, los pensamientos recurrentes sobre el juego,
encontrarse con amigos de juego, pasar por lugares donde se
disfruto y se excitó mucho jugando, son algunas de las razones que
producen nuevas tentaciones a jugar.
La tentación a jugar, a volver a jugar, es una de las grandes
dificultades para superar totalmente el problema. El juego de azar
esta regulado por principios psicológicos muy potentes que
producen una gran adicción en poco tiempo y que son fáciles de
reinstaurar si se vuelve a jugar. La tentación es la antesala de la
reaparición del problema, pero si se puede controlar y superar.
Cuando aparece la tentación hay que enfrentarse a ella, primero
tenemos que hacerla desaparecer, si lo conseguimos habremos
vencido. Si es más resistente y tarda en desaparecer, tenemos que
afrontarla y atacarla con los argumentos que tenemos: el daño que
nos ha hecho el juego, el dinero que hemos perdido, los problemas
que aparecen después de jugar, la dificultad de salir del juego
cuando se ha vuelto a entrar, cuanto hemos ganado en la confianza
de los otros y cuanto he ganado yo como ser humano.
Formarse una visión positiva de la vida
La ludopatía es un trastorno incapacitante que produce en las
personas que lo padecen graves problemas de tipo personal,
familiar, económico, laboral y social. La mayor tendencia a la
depresión, y al estrés de los ludópatas, como el consumo de
alcohol y otros problemas, esta relacionada con la gravedad del
problema y con las dificultades de afrontarlo adecuadamente
cuando se es ludópata.
Cuando se está saliendo de la ludopatía la persona se va haciendo
más consciente de lo que ha hecho, de cómo ha arruinado una
parte importante de su vida. Ante esta visión es importante saber
que la vida tiene también otro modo de verse, de modo positivo y
optimista. Poco a poco confrontando la realidad con los hechos se
puede producir el cambio.
Al final el jugador podrá encontrarse como una persona normal,
como una persona que ha tenido un grave problema, que le ha
traído en el pasado mucho sufrimiento. Si se aprende de este
sufrimiento, se puede llevar una vida futura mucho mejor.
“Una persona recuperada de su ludopatía deja el juego a un
lado. Este le ha hecho pasar momentos agradables, ha
disfrutado con él, pero le ha destruido una parte importante de
su vida. Quizás todavía hoy está pagando las graves
consecuencias que le ha producido. El daño que le ha hecho
ha sido infinitamente superior al bien que le ha dado.
El juego tiene que desaparecer de su proyecto vital, de su
cotidianidad, dejarlo a un lado no solo es importante, su
proyecto de vida depende de ello. Cuando se ha tenido
relación con el juego, cuando ha tonteado con él o lo ha
amado, le ha destruido, le ha manipulado, le ha engañado, y
quizás…destruido. Si se enfrenta a él, siempre perderá, no
tiene herramientas psicológicas suficientes para hacerle frente.
Si lo hace pasará a ser su esclavo y habrá perdido nuevamente
su libertad.”
TERAPIA GRUPAL AJUTER
Ángela Carmona Alba
Psicóloga
Ajuter
“Nunca deje de ir al grupo, ni aún en temporadas que me enojaba con
ellos, porque se pasa por distintas etapas que hoy puedo analizar
retrospectivamente. Se pasa por momentos donde se ponen excusas,
o hay cansancio etc. Pero igual, yo nunca falté. Y le agradezco todo lo
que pude cambiar y mejorar; por eso, lo mejor que le podría decir a
alguien que está con el mismo problema es que no abandone el grupo.
No importa si tiene ganas de ir o no, si se siente bien o mal con lo que
le dicen; el grupo es sabio, es muy difícil que el grupo se equivoque,
normalmente el que se equivoca es uno y siempre, por más que se
esté mal, uno se lleva algo. Ya no es una obligación, ha pasado a
formar parte de mi nueva vida. Estoy con mis iguales, me entienden y
yo entiendo a muchos. Me hace bien poder transmitir al recién llegado
un mensaje de esperanza, que “SE PUEDE” salir de esto”.
Testimonio de un jugador llamado “Enrique” (Bava, L. 2004)
La terapia grupal ha tenido amplia aceptación en todo tipo de
adicciones, por cuanto es conocido el efecto positivo que ejerce este
modelo, a través del respeto que genera la figura de quien está
superando un problema similar al del nuevo consultante o participante
del grupo.
Los participantes al sentir que ayudan a sus pares, se benefician al
darse cuenta del significado de sus experiencias, este conocimiento
experiencial se incrementa al acumular experiencias de muchas
personas que han sufrido dificultades o dolores comunes.
El grupo permite crear un contexto que facilita la comunicación abierta
y honesta. Los participantes tienen la oportunidad de aprender sobre si
mismos y entender cómo los demás lo comprenden a él, se crea una
interdependencia positiva, dando pie a lealtades difíciles de romper.
La honestidad del trabajo grupal, pasa por la confianza que el grupo
genera en el otro, la confianza y lealtad puesta en el grupo, no debe
traicionarse nunca, ya que esto producirá un quiebre muy difícil de
recuperar.
Los beneficios directos encontrados en estos grupos son:
Descubrir formas nuevas de relacionarse con los demás
Aumento de sentimientos de autoeficacia y mejora la autoestima
Disminuye sentimientos de aislamiento y soledad
Desarrolla sentido de ser útil cuando se que puede dar ayuda
Oportunidad de descubrir que no es la única persona que
atraviesa por momentos difíciles, esto le da un sentido de
seguridad
Permite nuevas formas de afrontar la vida con el aporte de los
otros participantes y terapeuta
Mejora autoconciencia y promueve el desarrollo y crecimiento
personal
Con el grupo, las personas recuperan la esperanza a partir del
mensaje que les transmiten sus propios compañeros “si yo pude salir y
pude parar, tú también vas a poder”. Lo anterior no sólo genera fe,
confianza, sino que trasmite mucha fuerza. Se produce un efecto de
mutua ayuda, que se traduce en acciones concretas. Esto es factible a
partir de la vivencia de compartir una misma y dolorosa experiencia.
Es indudable el “efecto” que ejerce un par en recuperación; sobre todo
al principio del tratamiento. Tiene más fuerza y es escuchado con
respeto, aun más que la palabra de un profesional.
Se establece una relación de compromiso con los demás en donde la
cohesión, confiabilidad van dando sentido a su rehabilitación y con su
propio trabajo de recuperación, en donde se produce un efecto de
retroalimentación positiva.
AJUTER y su tratamiento terapéutico
Está centrado en Terapia grupal, enfocada al reencuentro de la
persona con ella misma, descubriendo su propia capacidad de
desarrollo espiritual, su libertad, su responsabilidad, sus valores y
prioridades lográndose una recuperación y rehabilitación, con la
finalidad de poder dar un sentido al dolor, motivando a la persona a
encontrar su proyecto personal, volver a sentir paz, equilibrio y
bienestar personal.
En una primera etapa se trabaja con la necesidad de efectuar
cambios de conducta con respecto a la Ludopatía y estilo de vida.
Todo se orienta a la abstinencia (no jugar), y un fuerte trabajo con las
conductas impulsivas y falta de autocontrol, evitar estímulos y
prevención de recaídas. Una fuerte motivación a la permanencia en el
grupo y el aporte que este realizará en el proceso.
Con respecto a la prevención de las recaídas, hay que identificar las
situaciones de riesgo y tener prevista la conducta que debe seguirse.
La recaída debe ser considerada como parte del proceso de curación,
y no solo como un fracaso. Ésta se debe reconceptualizar, de tal forma
que no lleve a la desesperanza y se pueda analizar como un hecho del
cual aprender, y fomentar la capacidad de autocontrol y de aprovechar
las estrategias aprendidas.
Luego, viene la toma de conciencia de pensamientos distorsionados,
ideas irracionales y percepciones erróneas acerca de la Ludopatía,
resistencias, negación, autojuicios negativos, bajas expectativas de
autoeficacia, análisis de resolución de problemas que facilitará la toma
de decisiones y el auto control.
Un fuerte trabajo con la problemática existencial, como una forma de
internalizar todos los cambios que se van produciendo durante la
terapia, llegando a un autoconocimiento, reconstrucción de lo que es
correcto, de la moral dañada, y del desarrollo de un crecimiento
espiritual que favorecerá una búsqueda de un sentido personal de
vida.
“Cuanto más grave es el trastorno de una adicto al juego, más alejado
de su desarrollo existencial personal se halla.
Cuanto más compromiso tiene con su afección, menos compromiso
tiene consigo mismo, menos responsabilidad tiene de sus actos, más
alterados están su valores y más ausencia de sentido espiritual tiene
de su vida”. (Bava, L,. 2004)
Bibliografía
Frankl, V,; El Hombre en busca del sentido,. Barcelona, Herder, 1989.
De la Gandara, Fuertes C, Alvarez T,; Jugar perjudica seriamente la
salud,. Barcelona, Plaza & Janés Editores, 2002.
Bava, L,; Cuando jugar enferma,. Buenos Aires, Ediciones Lumiere
S.A. 2004.