14 de Septiembre de 2011, desde mi Yate “El Desafío de Francisco”
Son las 14:30 hrs. Y ante la solicitud de Ángela de escribir sobre dos pensamientos escritos por Felipe Cubillos en su bitácora de viaje, lo primero que se me viene a la mente es que hace mucho tiempo que no escribía sobre mis pensamientos, o emociones a pesar que cuando era mas joven escribía poesía y me gustaba mucho hacerlo; me gustaba mucho leer sobre los sentimientos humanos. Hace mucho tiempo no plasmaba o exteriorizaba mis propios sentimientos, mis pensamientos o recuerdos, para que alguien los leyera y me conociera o reconociera. Así que aquí voy. De nuevo.
10.. acerca de la angustia y la amargura, cuando creas que no es posible, que los problemas te agobian, que ya no puedes, date un tiempo para ver las estrellas y espera despierto el amanecer, ahí descubrirás que siempre sale el sol, siempre!!!.
Justo ayer estuve viendo con mi hijo y mi pareja fotos viejas mías, de cuando era niño y entre ellas aparecieron unas donde yo aparecía con mi papá, a su lado o abrazándolo, y le comenté a Kathy lo triste o agobiado o amargado que lo veía en aquellas fotos, fotos que antes había visto muchas veces pero nunca me percaté de lo que su cara expresaba. Con mi papá, por la condición de nuestra relación nunca hablamos de sentimientos o de sus sentimientos en especial. Su vida fue dura, quizás igual o más difícil que la mía, en diferentes aspectos, pero siempre lo vi entero, compuesto, altivo, siempre dispuesto a la lucha. El pasó por muchas situaciones muy difíciles, que yo pude ver desde la distancia física y espiritual, pero hasta el final de sus días su vida fue una lucha constante, un desafío, pero de una forma rica, inspiradora; y yo creo que viendo las cosas en retrospectiva, yo tomé de alguna forma, su filosofía de vida. He pasado por muchas cosas desagradables en mi vida, desde muy niño, hasta estos días, pero gracias a dios y al espíritu de mi padre, he podido luchar contra la angustia, la cual me ronda y mas de alguna vez me ha atrapado, pero he podido apartarla, gracias a la luz, que me hace ver un poquito más allá y encontrar esa solución que necesito. La vida de mi madre, no es muy diferente a la mía y mi papá, quizás si, fue mas dura, pero nunca a pesar de todo cayó en la amargura. Por eso, yo tampoco he caído en ella, quizás mi alma es un poco triste, pero no amarga, no vale la pena. Porque a pesar de todo, es linda la vida, y todo lo que la acompaña, imperfecta, pero linda, nutritiva, refrescante, lumínica, etcétera. Y mi mamá alcanzó a comprender desde temprano en su vida aquello, y la disfrutó a concho, me consta.
Para mí, mi padre es el amanecer y mi madre las estrellas, y cada vez que me acerco o caigo de lleno en un problema, los reacuerdo a ellos, los miro y por lo menos digo al ser su hijo, no puedo ser menos, y pienso, ellos vieron el sol, yo también.
11.. acerca del triunfo, si quieres triunfar debes de estar dispuesto a fracasar mil veces y dispuesto a perder todo lo que has conseguido. Y no temas perderlo todo, pues si te lo has ganado bien, de seguro lo recuperas con creces.
He perdido mucho muchas veces, oportunidades, personas, amores, trabajos, objetos muy queridos y de maneras o circunstancias muy disímiles, y pocas veces he ganado. La vida me ha enseñado que las pérdidas han forjado mi espíritu, mi ser, lo que soy hoy, es gracias a mis fracasos y a la capacidad de haberlos reconocido, asimilado, haber aprendido de ellos. Mis logros son mi recompensa, mi premio a haber sido humilde ante mis fracasos, pero insistente y constante para ser cada día un poquito más sabio, y lograr mis anhelos y metas. A pesar de meter tanto las patas en mi vida no me siento un fracasado, aunque a a veces miro a mi alrededor y cometo el error de comparar, o más bien de compararme, pero después reacciono y reflexiono que eso que comparo es sólo estatus.
Valorar, disfrutar, ofrecer mis logros a mis seres queridos o a quien quiera recibirlos, eso me da satisfacción, aunque pocos sean. Quizás mis logros no sean cuantificables, porque no hay un diploma por ser un buen padre como creo que soy, ni hay como premio un auto por ser un buen hombre como me considero, pero si creo que al final de mi vida, la gran cantidad de errores que cometí van a ser el soporte de las grandes y relucientes medallas de mis triunfos. Mi Hijo, o mis hijos, mi vejez, mi mujer a mi lado, mi tranquilidad, mis anhelos cumplidos, y la seguridad de haber cumplido