En estos trabajos debía tratar de explicar cómo fue mi vida, desde mi niñez, lo bueno, lo malo y el entorno del medio en que vivía.
Es así como ahora se, que soy Ludópata, desde cuando tenía aproximadamente trece años, (desde hace 50 años), si bien no soy la persona más longeva del grupo, si soy quien tiene la Ludopatía, por mas años y no me enorgullece para nada el serlo.
Lo que paso en mi vida en ese tiempo.
Mi Familia; Mi padre Obrero de la Construcción Mi madre Dueña de casa, siete hijos, cuatro hombres y tres mujeres, siendo los cuatro hombres mayores y yo el menor de ellos, Mi padre era alcohólico, por ese tiempo se emborrachaba todos los fines de semana, el era muy golpeador y nunca supe el motivo, del por qué los golpes fueron en la mayoría hacia mí. (conmigo el usaba correas de suela, muchas veces uso una de suela redonda, con la que me dejaba tan marcado que me recuerdo fueron varias veces en que no podía ir al colegio por las marcas que con ella me dejaba, mis hermanos me hicieron por mucho tiempo lo que ahora se dice se llama Bullyng. Podría contar aquí muchos hechos puntuales de los recuerdos que tengo ahora y que tuve olvidados por mucho tiempo.
Esto me llevo a buscar en la vecindad algún reconocimiento o respeto, el que poco a poco fui logrando, al ser el mejor en cualquier juego en que participaba, lo que en principio fueron juegos de niños se fueron convirtiendo en juegos tales como el Pool, Naipes, Taca Tacas, comencé a ganar dinero con ellos.
Comencé a trabajar a los 15 años, en una empresa de instalaciones eléctricas, a los 16 comencé a estudiar Electricidad en Inacap en nocturna, por lo que llegaba a mi casa como a las 12 de la noche (a esa hora ya mi padre estaba durmiendo). Me case a los 21 años y al poco tiempo logre ser Instalador Autorizado.
Ejercí esta profesión como tres años ya que después del golpe de estado, el trabajo bajo considerablemente durante los primeros años, ya tenía mis dos hijas y buscando alternativas de cómo producir ingresos, fue que me dedique al comercio.
En el comercio me fue muy bien, en cuanto a lo que ganaba, (tenía una pequeña empresa con 10 empleados) pero creo que más del 70 % lo perdía en el juego. Con el 30 % se logro mantener y educar a mis hijas (las dos son profesionales) este logro final se debe en gran parte al aporte laboral y económico que mi esposa con su trabajo logro. A ella yo le instale un pequeño taller de costuras especiales, el que de a poco fue derivando en un taller de bordados, el que bien administrado por ella logro durante varios años obtener buenos ingresos.
Al darme cuenta, que mis aportes ya no eran tan necesarios más y más dinero perdía en el juego.
Si bien nunca fui jugador de ir todos los días, más bien lo hacia una vez por semana o más, pero cada vez que lo hacía dejaba una pérdida considerable, más cuando tenía tarjeta dorada o porque me cambiaban cheques en el mismo casino.
Dos veces fui a ver profesionales, El primero un Psiquiatra y el segundo una Sicóloga, con ambos no tuve empatía, recuerdo con ella haber asistido a tres sesiones.
Son muchos los recuerdos que tienen que ver con juego y grandes pérdidas, doy gracias a Dios el que después de mi última cagada, logre encontrarme con el grupo AJUTER, en el que creo, que todo jugador arrepentido, abrumado y con deseos de salir de su adicción, tiene aquí un verdadero camino para lograrlo, ya que en él se encuentra lo que difícilmente pueda existir en otro lugar.
Esto principalmente porque todos los que participamos, a excepción de la Sicóloga Ángela Carmona quien dirige AJUTER. Cual más o cual menos nos, hemos hecho mucho daño a nuestro entorno, con las mentiras, la apropiación indebida y finalmente con la perdida de dinero. Que en algunos casos puede ser mucho y en otros poco, pero que finalmente, siempre produce el mismo nefasto resultado.
Ahora estoy con la voluntad de lograrlo, junto con ello también salir adelante con la situación personal, en lo anímico, económico y familiar, ya que vengo de tocar fondo en todo. Después de 42 años de casados mi esposa había tomado la decisión de separarse. Si bien por hoy solo hay un pololeo, la vuelta está condicionada a no volver a la adicción, la que esta vez estoy seguro de lograr.